Rechazo al feminicidio de Soledad Ramirez
El día 5 de diciembre , a eso de las 5 pm Soledad Ramírez fue asesinada en inmediaciones al resguardo de Huellas, Caloto, cerca de la comunidad del Nilo. Soledad era una mujer Afro, trabajadora informal del transporte y domicilios. Murió tras ser atacada a balazos por sujetos que la interceptaron cuando se movilizaba por este sector rural en compañía de una amiga. Según relatos de los pobladores estaba amenazada por los grupos armados gracias a que colaboraba con el ejército. Al parecer el asesinato es la materialización de la amenaza.
Estos asesinatos son la muestra de los grupos armados intentan enviar un mensaje tanto al gobierno occidental como a nuestras autoridades ancestrales en el que buscan ejercer una dominación sobre el cuerpo y la libertad de los habitantes que se asientan sobre estos territorios. La disputa de control territorial se sigue presentando luego de 2 años de la firma de los acuerdos de paz, entre grupos armados hoy desarticulados que se nutren del negocio ilícito y que son fruto de una cultura de violencia internalizada en el espíritu de 50 años de guerra fratricida.
La degeneración del conflicto armado se hace visible en 9 asesinatos en una semana, justo al inicio de las festividades decembrinas. Justo 8 días después del asesinato de una mujer en Villarrica – Cauca a manos de su compañero, hechos que se suman a los 42 comuneros indígenas asesinados en lo que va corrido del 2018, crecimiento exponencial con respecto a lo sucedido el año pasado.
Es claro que la falta de voluntad política y la tergiversación del sentido de los acuerdos de paz, representados en la agenda belicista de la extrema derecha desde la campaña del plebiscito hasta su llegada al gobierno están generando una regresión histórica, frente a la oportunidad esperanzadora que generaron los acuerdos para quienes habitamos los territorios más golpeados por la guerra.
Como ya lo hemos dicho es sembrando esperanza que cosecharemos la paz, no dejaremos de exigir una salida dialogada al conflicto armado y rechazamos la presencia de todos los actores armados que des-armonizan el territorio. Ya la ONU ha reconocido la sistematicidad del asesinato a líderes sociales, responsabilizamos al actual gobierno nacional en cabeza de Ivan Duqe y a los partidos tradicionales, principales responsables de la violencia estructural que vivimos, por ser ellos los representantes históricos de los grupos privilegiados que se lucran del despojo y el empobrecimiento de los sectores más vulnerables, quienes ven en la guerra el motor de su avaricia y quienes se benefician del miedo generalizado, del narcotráfico y la manipulación mediática para imponer sus políticas.
Invitamos a los organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas – ONU, Organización de Estados Americanos – OEA, Comisión Interamericana de Derechos Humanos – CIDH a las embajadas, gobiernos y organizaciones de la comunidad internacional para que sigan visibilizando, denunciando y acompañando los procesos territoriales del pueblo Nasa del Norte del Cauca y todos quienes en Colombia seguimos padeciendo los dolores de la violencia.
Cuenten con nosotros para la paz nunca para la guerra”