
El día de ayer en horas de la tarde se perpetró una nueva masacre en la que fueron vilmente asesinadas 6 personas en la vereda La Realidad, municipio de Mapiripan – Meta entre las que se encontraba un menor de 12 años. Según el personero municipal pese a las denuncias hechas por él mismo ante las autoridades sobre la presencia de Grupos Armados Organizados en esta parte del país, las autoridades departamentales y militares no toman acciones contundentes para garantizar la seguridad de los habitantes. En esta zona tiene injerencia la comisión del ‘Negro Juan’ del Grupo armado de ‘Iván Mordisco’.
Las comunidades indígenas del norte del cauca rechazamos este nuevo hecho de violencia que hoy se une al baño de sangre que estamos viviendo en este duro periodo de pos acuerdo. Sobre todo a sabiendas de lo que representa este municipio luego del hecho histórico de La Masacre de Mapiripán acontecido entre el 15 y el 20 de julio de 1997 y que costó la vida al menos a 200 personas víctimas de paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia, comandadas por Carlos Castaño Gil. Recordemos que el 15 de septiembre de 2005 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por colaboración entre miembros del Ejército colombiano y los integrantes de las Autodefensas Unidas de Colombia en esta masacre.
Si analizamos lo sucedido en relación con lo que vivimos en nuestro territorio, vemos como en este periodo de pos-acuerdo la consolidación de intereses económicos y políticos, junto a la desaparición de fuerzas de calado nacional, han conducido a que las confrontaciones armadas se agudicen a nivel local y regional en ejes territoriales con posiciones geopolíticas claves para la economía lícita e ilícita. Estos ya no responden a una lógica de control de puntos estratégicos interconectados en función de un discurso ideológico; sino que se trata más bien de dominios locales sobre las personas y el territorio articulados a redes transnacionales o a proyectos políticos y económicos particulares, sin mandos unificados lo cual dificulta los ejercicios de control territorial que hacemos las comunidades en defensa de la vida.
Seguimos profundamente preocupados por esta nueva dinámica que va tomando el conflicto armado y no dejamos de sentirnos hermanados en el dolor de las comunidades a nivel nacional que ya desde hace 60 años resistimos a una forma de sentir y de pensar que no respeta la dignidad de la vida. Exigimos que se haga justicia por búsqueda de la armonía y responsabilizamos al gobierno nacional hoy encabezado por el centro democrático por infundir el odio y minar el sentido profundo de los acuerdos de paz.
Invitamos nuevamente Organismos de control Procuraduría, Defensoría del Pueblo, Consejería de los Derechos Humanos de la vicepresidencia, la comisión de DDHH del Senado de la República, comisión nacional de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, Fiscalía de DDHH de la Fiscalía General de la Nación, a las organizaciones nacionales e internacionales de Derechos Humanos, la Oficina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos – ONU DDHH, MAPP OEA, y demás organismos a que estén en alerta permanente y acompañando al pueblo colombiano que hasta el día de hoy sigue padeciendo los pesares de la violencia.
“Cuenten con nosotros para la paz, nunca para la guerra”
Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca – ACIN
Çxhab Wala Kiwe, Territorio del Gran Pueblo.