LLAMAMOS AL DIALOGO Y AL CESE DE LAS HOSTILIDADES ANTE LAS TENSIONES TERRITORIALES DEL NORTE DEL CAUCA.
Las autoridades de los 22 territorios indígenas y los Thu’thenas We’sx representantes de los planes de vida comunitarios del norte del Cauca, solicitamos a todas las comunidades y sectores sociales a cesar la violencia, pues el derecho de la propiedad privada no está por encima del derecho a la vida, y llamamos al diálogo constructivo para la convivencia interétnica e intercultural.
Denunciamos y rechazamos la presencia de la fuerza pública en el territorio, en especial del ESMAD y el ejército que utilizan a la población civil para escalar el conflicto y propiciar las confrontaciones. De igual forma aclaramos que no todas las personas involucradas en la liberación son indígenas, y no todos pertenecen a la organización o siguen las orientaciones de las autoridades indígenas.
Es importante comprender que estas tensiones sobre la tenencia y uso de la tierra en nuestro país se remontan a siglos de explotación y despojo, así como a un ataque histórico de los gobiernos representativos de los terratenientes y la agroindustria, contra los pequeños productores y trabajadores del campo, indígenas, afros y campesinos que sufren de numerosas dificultades para acceder a la tierra, hacerla productiva y competir en un mercado, instalado para favorecer únicamente a las multinacionales de alimentos, la agroindustria y los latifundistas.
Llamamos a la unidad de todos los sectores sociales mediante el diálogo y a no dejarse llevar por la manipulación mediática y económica de los grandes empresarios/terratenientes, invitándoles a construir una perspectiva de convivencia que permita redistribuir el derecho al uso de la tierra y su administración colectiva, a partir de la constitución de territorios interculturales agroalimentarios.
Exigimos la desmilitarización de los puntos de liberación, responsabilizamos a la agroindustria y la fuerza pública por la escalada de la violencia, e invitamos al Gobierno entrante de Gustavo Petro a sentarnos a dialogar de manera urgente junto con los demás sectores sociales y empresariales, al tiempo que instamos al sistema de Naciones Unidas y al ministerio público a ser facilitadores y garantes de los mismos.